Intente hacerse una prueba informal pero razonablemente sistemática llamada desafío alimentario.
- Durante la prueba, tome nota por escrito de todo lo que entra en su boca.
- Durante tres días, evite todos los productos lácteos y la mayor cantidad posible de los productores comunes (frijoles, cebolla cruda y ajo, etc.) de gases estomacales y flatulencia.
- Tome nota de cuándo y si padece flatulencia o no.
- Después de tres días, y con suerte después de que la flatulencia haya desaparecido, tome un vaso de leche y luego regrese para evitar a los productores de lácteos y de gas. Durante los próximos dos días, considere cada dos o tres horas si tiene o no evidencia de gases estomacales, acidez estomacal, ruidos en el tracto digestivo, flatulencia o diarrea. Los resultados de esto pueden ser una indicación tentativa de la capacidad (o la falta de ella) para digerir la lactosa, sujeta a un desafío adicional.
- Para probar una indicación tentativa, disfrute de un batido rico y cremoso hecho con leche y helado, o un generoso helado helado, y luego vuelva a evitarlo. Toma nota de lo que sucede.
- Si los productos lácteos no causan flatulencia, puede volver a agregarlos a su dieta y pasar a probar los siguientes que ha estado evitando.
- Para la confirmación médica de la intolerancia a la lactosa, si tiene la oportunidad de ver a un alergólogo o posiblemente un internista, o incluso su médico de cabecera, debe ayunar (tomar nada más que agua, por boca) a partir de la medianoche de la noche anterior y hasta su cita. Pregúntele al médico sobre una prueba de aliento de hidrógeno o una serie de análisis de glucosa cada media hora.