En realidad, el tiempo es tan importante como la cafeína. Hay un truco que solía hacer cuando tenía que estudiar toda la noche: tomaba mi café rápidamente y luego tomaba una siesta de 15 a 30 minutos. Al despertar, mi cuerpo se sentía como si hubiera estado dormido durante horas, ya que el café entra en acción una vez que estás dormido y te ayuda a refrescarte.
No creo que esto sea efectivo en una situación de sueño normal, ya que te tomarías demasiado tiempo para conciliar el sueño y el café entraría demasiado temprano, y te mantendría despierto.