¿Puedes superar la adicción a los cigarrillos y que tu cerebro deje de querer fumar?

Sí. Dejé de fumar más o menos frío después de que mi abuelo, que tenía prácticamente todas las enfermedades pulmonares a base de fumadores, me lo pidiera. Aprendí a escuchar la “señal de deseo” del cuerpo, una demanda de nicotina que envía cada pocos minutos aproximadamente media hora después del último cigarrillo. Se siente como una pequeña voz en tu núcleo que clama por fumar. Puede sentirse diferente para los demás, pero cada fumador lo tiene y responde a él. Cada vez que mi sistema enviaba ese pequeño estremecimiento, respondía diciendo “No, no soy fumador”. La primera semana fue realmente dura. Usé agua, goma de mascar, ejercicio para relajar el ansia. Pero cada semana era más fácil y, a los seis meses, había dejado de pensar en fumar. ¡Vale la pena hacerlo! Solo mire la piel de un fumador viejo en comparación con una persona de esa edad que no fumo. Fumar mastica tu cara y solo eso hace que valga la pena. También tus pulmones, tu resistencia, tu atractivo sexual … todo eso.