La mejor manera de lidiar con las náuseas y los vómitos después del ejercicio es prevenirlo. Cuando deje de hacer ejercicio repentinamente puede empeorar sus síntomas, disminuya la marcha hasta que se sienta cómodo parándose por completo. Asegúrese de tener agua a mano y tome un breve descanso, permitiendo que su pulso regrese a un ritmo de descanso. Si decides comenzar a ejercitarte nuevamente en la misma sesión, comienza con la intensidad más baja posible hasta que te sientas lo suficientemente cómodo como para aumentar tu velocidad o intensidad.
Debido a que tanto las comidas en ayunas como las comidas completas pueden afectar la forma en que su cuerpo reacciona a un entrenamiento, lo mejor es tomar un refrigerio pequeño y nutritivo antes de ir al gimnasio. Una manzana con mantequilla de maní, una barra de proteína o frutos secos puede ayudar a alimentar su cuerpo sin hacer que se sienta lleno o enfermo. Beba agua frecuentemente durante el entrenamiento, al menos de 7 a 10 oz. por cada 10 a 20 minutos de ejercicio. Al intentar un nuevo entrenamiento o aumentar su intensidad, hágalo lentamente y con un observador competente para aclimatar su cuerpo al ejercicio gradualmente.