Esto es difícil … depende de la cerveza, y depende del intestino.
Ciertamente la cerveza no “arreglará” un mal ambiente digestivo, pero los carbohidratos refinados alimentarán a ciertas bacterias.
Los ingredientes de la cerveza proporcionan un entorno para que la levadura prospere y se multiplique, y la levadura (si no se ha filtrado) es una fuente de vitaminas del grupo B. La cerveza también contiene una gran cantidad de agua, que es buena para el estómago.
En cuanto al alcohol, la cantidad en la cerveza está muy por debajo de la mayoría de los vinos y licores destilados, por lo que no es una amenaza a menos que te descuides demasiado. Demasiada cerveza = demasiadas calorías, lo que lleva al infame “panza de cerveza”.
Los resultados contraintuitivos de la investigación sugieren que el consumo moderado de alcohol puede reducir los incidentes de diabetes tipo II, pérdida ósea, riesgo de apoplejía y ataque cardíaco. Cómo se relaciona esto con las bacterias intestinales, o cómo las bacterias intestinales desempeñan un papel en esas enfermedades también es un foco de debate.
Una búsqueda en Internet arrojará una gran cantidad de resultados, dudosos y convincentes, pero ¿con respecto a si es bueno o malo para las bacterias intestinales? Si excluyes otros factores dietéticos que mejoran tu flora intestinal, la cerveza no es el problema.