Una gran razón para que esto ocurra es que las distracciones del día han terminado, y tenemos que sentarnos con nosotros mismos y nuestros pensamientos antes de acostarnos. Incluso si nada malo sucedió ese día, tendemos a reproducir los eventos de ese día, o proyectamos hacia adelante lo que tenemos que hacer el próximo. Las actividades diarias proporcionan suficientes actividades para preocuparnos. Cuando nos acostamos por la noche e intentamos dormir, estamos realmente solos con nosotros mismos.
Sé que no preguntaste, pero las estrategias que son útiles con este problema son aprender a calmar la mente a través de la meditación, o escribir lo que tengas en mente antes de intentar retirarte esa noche. Saber que tus pensamientos están “escritos en papel para no tener que preocuparte por olvidarlos” ayuda a las personas a conciliar el sueño más fácilmente.