¿Qué es mejor para aliviar el estrés, el sexo o la meditación?

La pregunta es “¿Qué es mejor para aliviar el estrés, el sexo o la meditación?”

Si solo estás buscando “aliviar”, estarás haciendo lo mismo una y otra vez … Por el contrario, si quieres ver el motivo del estrés, la vida puede ser mejor.

Bueno, llegando a la pregunta, hay diferentes aspectos que tendrá que mirar.

  1. El sexo depende del otro, la meditación no: existen diferentes formas y técnicas de meditación impartidas por diferentes maestros. Las técnicas funcionan en nuestra propia presencia, a medida que lo hace voluntariamente. Sexo, depende de la presencia del compañero. Incluso si tienes una gran pareja, la otra puede no estar sintiendo la misma sensación en ese momento que te sientes. Todos somos humanos, y la participación y el estado de ánimo varían de vez en cuando.
  2. Los efectos de la meditación funcionan más profundamente y duran más, el sexo es solo una liberación: cuando meditas, estás tratando de VER EL origen del problema, pero con el sexo, no estás viendo el problema en absoluto. Intenta olvidarlo participando en otra actividad que no está relacionada con el problema en absoluto. El sexo, se alimentará como una rutina, de la misma manera, como cuando comes todos los días cuando tienes hambre, absorbes la energía de la comida, se convierte en sangre, se convierte en tu frescura, enriquece tu alma, te hace sentir en vivo y te hace sentir como tener sexo La vida fluye a través del ciclo.
  3. Efecto de la meditación y el elemento sexo – tiempo : El sexo puede estar limitado a límites físicos (aunque psicosomáticos), puede que no te ayude a trascender la mente por más tiempo. El efecto del sexo (salir de la mente como resultado del orgasmo, puede durar un nanosegundo y luego vuelves a tirar en el mismo espacio que antes del sexo. Si meditas y eres capaz de trascender la mente, el efecto se mantendría durante más tiempo, y cuanto más medites, la duración del tiempo puede seguir aumentando.
  4. Naturaleza del deseo : el sexo como deseo puede no caer en absoluto, todo por sí mismo. Pero cuando meditas, los deseos disminuyen. No es que renuncies a ellos, sino que simplemente caen, como una hoja amarilla que cae del árbol (sin arrancarlo). La meditación mueve tu conciencia en los reinos superiores de la conciencia.