Somos de naturaleza termogenética. Nuestro mecanismo corporal siempre intentaría mantener nuestra temperatura corporal normal.
Nuestra piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y es muy sensible al cambio climático.
Cuando mantenemos nuestras manos o piernas en el aire (más aire y aire frío), el cerebro alertará al sistema de termorregulación incorporado para equilibrar la temperatura de desequilibrio.
Algunos órganos internos como el corazón, los pulmones siempre necesitan la temperatura esencial. Así que más aire caliente servirá para salvar los órganos vitales y, al mismo tiempo, la pierna y la mano pueden perder la temperatura normal.
Pero normalmente no le pasará al cuerpo sano,