Su escuela es culpable de negligencia educativa.
Hace varios años que sabemos que los patrones de sueño de los adolescentes cambian para que se queden despiertos y despierten hasta tarde. Diez es el mínimo básico en el que deberían comenzar las clases. Saben esto, pero se preocupan por programar la práctica deportiva después de la escuela más que por el aprendizaje de sus alumnos.
Por supuesto, no hay nada que podamos hacer acerca de los incompetentes que manejan su escuela (y tantos otros), así que lo mejor que puedo sugerir es que encuentre una manera de engañar a su reloj biológico y hacerle pensar que es más tarde de lo que es. Baja las persianas por la tarde, evita la exposición a la luz azul, obtén un despertador que ilumine tu habitación y prepáralo temprano; la idea no es despertarte, sino engañarte para que pienses que estás durmiendo unas pocas horas después. El dia. ¡Y, por supuesto, debes ejercitar una cierta disciplina personal e intentar no levantarte demasiado tarde!