Cómo ir a la cama con una sensación de plenitud cada noche

Cada día que me levanto de mi sueño, tengo que cumplir una condición especial para ir a la cama esa noche. Es una condición autoimpuesta. Y, he estado cumpliendo con esto por un tiempo bastante largo. Dicha condición es asegurarme de hacer que al menos una persona sonría todos los días que vivo.

De esa manera, cualquiera que sea mi último día, habría sido la razón de la alegría de alguien. No quiero que mis seres queridos lloren en mi lecho de muerte solo porque me recordarán o me extrañarán. Por el contrario, me gustaría que lloren primero, y luego terminan riéndose en mi recuerdo.

Porque, haciéndoles sonreír y reírse, es lo único que habría estado persiguiendo todos los días hasta la última. Por lo tanto, no podría haber mejor recuerdo de mí mismo que pueda dejar atrás. Pero no se trata solo de planificar mi legado y mi muerte. También se trata de vivir un mejor presente.

Esta práctica se asegura de que mi vida no se quede solo conmigo misma. Gracias a esta regla autoimpuesta, me acuesto cada noche con una sensación de plenitud, orgullo y una sonrisa enérgica pero afirmativa. Y, también le da a mi vida un propósito.

Este propósito tácito es hacer la vida de alguien más fácil, más feliz y mejor cada día que inhalo y exhalo. Significa algo para alguien que está fuera de mí. Sé que puede parecer bastante ingenuo y demasiado aficionado a mí. Pero, de todos modos, me hace feliz y orgulloso, y por lo tanto, funciona maravillosamente para mí.

Y, sí, a veces absorto en el trabajo y los estudios, tiendo a olvidarme de este trabajo. Pero en esos días, llamo al azar a uno de mis amigos en la noche y trato de hacerlos reír. Básicamente, la regla es una regla y debe seguirse de alguna manera. Y, si no es por reunirse y hacer que sonrían cara a cara, entonces en la llamada. Después de todo, una sonrisa es una sonrisa. De todos modos no tiene precio. ¡Felicidad!

Amor,

Shilanjan

No me acuesto con la sensación de plenitud todas las noches, pero generalmente me acuesto con buena conciencia y la sensación de haber hecho lo mejor que pude. También confío en que al final todo saldrá bien. Eso me da paz la mayoría de las noches mientras me duermo.