¿Por qué tengo una deficiencia de serotonina y dopamina?

Según el Dr. Daniel Amen, la baja dosis de serotonina y dopamina hace que el cingulado anterior (ACG) trabaje duro y dificulta la flexibilidad. El ACG ayuda al cerebro a cambiar de marcha y detectar errores

Deficiencia de dopamina; disminución del flujo sanguíneo en la corteza prefrontal y el cerebelo, así como en los ganglios basales, que ayudan a producir dopamina.


La serotonina periférica se produce en el tracto digestivo por las células enterocromafines (EC) y también por determinados tipos de células inmunes y neuronas. Hsiao y sus colegas primero querían saber si los microbios intestinales tienen algún efecto sobre la producción de serotonina en el intestino y, de ser así, en qué tipos de células. Comenzaron midiendo los niveles periféricos de serotonina en ratones con poblaciones normales de bacterias intestinales y también en ratones libres de gérmenes que carecen de estos microbios residentes.

Los investigadores encontraron que las células EC de ratones libres de gérmenes producían aproximadamente un 60 por ciento menos de serotonina que sus pares con colonias bacterianas convencionales. Cuando estos ratones libres de gérmenes fueron recolonizados con microbios intestinales normales, los niveles de serotonina volvieron a subir, mostrando que el déficit de serotonina puede revertirse.

“Las células EC son fuentes ricas de serotonina en el intestino. Lo que vimos en este experimento es que parecen depender de los microbios para producir serotonina, o al menos una gran parte de ella”, dice Jessica Yano, primera autora del artículo y un técnico de investigación que trabaja con Hsiao.

Microbios ayudan a producir serotonina en Gut | Caltech


Sugiero una dieta con probióticos, omega 3, dieta cetogénica (carbohidratos bajos), evitar bebidas gaseosas / azúcar / cafeína / alcohol, ejercicio y un sueño adecuado.

El ejercicio aeróbico ayudará, probablemente, a mejorar por completo el problema. Lee el libro llamado Spark, La nueva ciencia revolucionaria del ejercicio y el cerebro. Escrito por un profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard llamado John Ratey. Fácilmente uno de los libros más importantes jamás escritos porque la ciencia es tan poderosa y nueva.