Los tres pueden ser dañinos si se manejan mal o se maltratan, al igual que los tres también se pueden usar de manera responsable y con moderación.
De los tres, la marihuana casi con toda seguridad es la menos dañina: es la menos adictiva e incluso en un uso relativamente intenso no se fuma (si se fuma en vez de ingerirla) en cantidades casi tan grandes como el tabaco para el usuario habitual habitual de tabaco. . Además, trate de comparar las cifras de muertes atribuidas a los hábitos de fumar o la intoxicación alcohólica con las atribuidas a los efectos de fumar marihuana o de estar intoxicado por la marihuana. Son bastante reveladores.
Debido a que la nicotina es altamente adictiva y se ha demostrado que fumar cigarrillos causa una variedad de efectos perjudiciales a la salud a largo plazo, los cigarrillos pueden ser los más dañinos desde el punto de vista médico de los tres.
Sin embargo, el alcoholismo puede ser un problema extremadamente grave a corto plazo además de los efectos a largo plazo del consumo excesivo de alcohol; a diferencia de un adicto a la nicotina, una persona que padece una adicción al alcohol severa puede perder la capacidad de funcionar a diario, aunque, por supuesto, hay una cantidad de alcohólicos “funcionales”. Como alguien que creció a la sombra del alcoholismo severo, puedo dar fe de muchos de sus efectos devastadores únicos en nuestra sociedad.
Al final, no estoy seguro de que haya mucho valor real al tratar de clasificar estas sustancias de acuerdo con la nocividad. Cada uno de ellos tiene sus propios peligros, y parte del potencial de daño siempre descansa en el usuario o abusador, no en la sustancia misma.