Su teoría sugiere que los empleadores usarían esta decisión para contratar a más personas para cubrir la carga de trabajo con una semana laboral reducida. Las compañías de servicios probablemente tomarían esta opción e incrementarían su fuerza laboral en consecuencia. Los servicios profesionales y los empleadores de sueldos adicionales no verían el mismo cambio porque estos empleados suelen estar exentos de las horas extraordinarias y el trabajo crónico más allá de su semana de 40 horas. Estos empleadores probablemente usarían este mandato para externalizar y automatizar aún más, pero de una manera más rápida.
La forma segura de aumentar el empleo es establecer el nivel de vida a nivel nacional. La vivienda, la educación, la atención médica y la canasta básica de consumidores han aumentado exponencialmente a lo largo de las décadas y este aumento continuo es lo que está afectando nuestra competitividad y también nuestra capacidad para alcanzar el “sueño americano”. Si podemos establecer el nivel de estos alimentos básicos, se realizará la capacidad de disminuir el desempleo.
Vivienda: viviendas asequibles en vecindarios respetables permitirían a las familias tener un pie en las economías locales y construir la red social requerida.
Educación: los padres y maestros comprometidos junto con las escuelas y maestros financiados y calificados traerían respeto por la educación y una base más sólida para nuestra próxima generación. La educación universitaria gratuita y acreditada mejoraría esto mediante el desarrollo de habilidades avanzadas para la competencia mundial sin la agobiante carga de los préstamos estudiantiles que dañan nuestra capacidad de comprar vivienda o pagar la atención médica.
Cuidado de la salud: solo en los Estados Unidos puede el gobierno legalmente no negociar precios pharmescutical. Tampoco podemos regular las primas de seguro. A pesar de que la ACA y los intercambios estatales ofrecen algo de puente para algunas personas, la falta de una opción pública nos mantiene en la edad oscura para una civilización occidental.
Cesta básica de consumo: la comida que está subsidiada para permitir la competencia en el mercado global no es la comida que deberíamos alimentar al país. Esta es la razón por la que abundan los alimentos procesados y el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa y los productos a base de soja son dominantes en nuestras tiendas y son más baratos que los alimentos reales. Al definir mejor una dieta “saludable” y asegurarse de que esos alimentos estén debidamente subsidiados, la alimentación saludable no será un lujo, sino un producto básico. Esto también reducirá en gran medida los costos relacionados con la atención médica porque la población también estará más sana.