Una quemadura de sol es un tipo de quemadura que ocurre cuando la piel se expone a la luz solar por mucho tiempo. Esto hace que la piel se ponga roja. Una quemadura de sol puede ser dolorosa. Las quemaduras solares permanecen por días o semanas. Las personas con piel más clara tienen más quemaduras solares que las personas con piel más oscura. Al sentarse al sol, te expones a la luz ultravioleta. La luz ultravioleta tiene la capacidad de matar células (ver esta página para más detalles). La luz ultravioleta golpea la capa de células vivas en la epidermis y comienza a dañarlas y matarlas.
A medida que su cuerpo detecta las células muertas, suceden dos cosas:
Su sistema inmune viene para limpiar el desorden. Aumenta el flujo sanguíneo en las áreas afectadas, abriendo las paredes capilares para que los glóbulos blancos puedan entrar y eliminar las células dañadas. El aumento del flujo sanguíneo hace que su piel se caliente y se ponga roja.
Las terminaciones nerviosas del dolor comienzan a enviar señales a su cerebro. Si ha leído Cómo funciona la aspirina, sabe que las células dañadas liberan sustancias químicas que activan los receptores del dolor. Esta es la razón por la piel quemada por el sol es tan sensible.
Las formas de evitar las quemaduras solares (sin tener que permanecer dentro) son usar un protector solar, que bloquea la luz ultravioleta, o mantener el ritmo para que te broncees primero. Cuando te bronceas, tu cuerpo esencialmente crea su propio protector solar usando células pigmentarias especiales en la epidermis.