En la Tierra, la gravedad nos atrapa. En la posición de pie, eso significa que nuestra cabeza está presionando sobre nuestro cuello, nuestro cuello está presionando sobre nuestro torso, nuestro torso está presionando sobre nuestras piernas, y nuestras piernas están presionando sobre nuestros pies. Nos acostamos, en parte, porque al hacerlo esparcimos la carga por todo nuestro cuerpo, quitándonos mucho estrés de las partes más bajas de nuestro cuerpo.
También nos acostamos porque nos deja en una posición estable, por lo que no tenemos que preocuparnos por perder el equilibrio y caer, una vez que estamos dormidos y no mantenemos nuestro equilibrio de manera activa. 
En una nave espacial en órbita, estamos en caída libre, por lo que experimentamos ingravidez. Todas esas flechas rojas (cargas de la gravedad) desaparecen. El cuerpo ahora no experimenta cambios en la carga desde la posición vertical a la horizontal. Ambos son igualmente estables y ambos sienten lo mismo. 
Entonces, dormir se hace en la posición que mejor se adapte a la habitación disponible.
