Para decirlo de forma muy rápida y sencilla: un saneamiento deficiente (especialmente el manejo fecal) aumenta significativamente la probabilidad de enfermedades diarreicas. La diarrea implica un movimiento más rápido de alimentos y líquidos en los intestinos, lo que no permite tanto tiempo al cuerpo para absorber suficiente agua y nutrientes de lo que consume. Con diarrea frecuente / persistente a lo largo del tiempo, se produce desnutrición (debido a la pérdida continua de nutrientes). Las consecuencias son especialmente severas para los niños pequeños.
El saneamiento deficiente y la malnutrición también están vinculados económicamente. Es posible que las familias más pobres no tengan suficiente dinero para ir al baño (o que se encuentren en un área empobrecida sin instalaciones públicas) y que tampoco puedan permitirse una alimentación nutritiva adecuada.
