Estudios recientes reflejan que los bostezos están más fuertemente asociados con el manejo de la temperatura del cerebro.
Nuestra homeostasis, incluida la administración de la temperatura, experimenta cambios significativos en distintas situaciones, como cuando estamos inactivos o aburridos, cansados o exhaustos, somnolientos (incluso después del descanso) o tomando psicotrópicos u otros medicamentos que alteran nuestra regulación de la temperatura.
Puedes leer sobre esto en estudios como estos:
Elsevier: Localizador de artículos
Agresión contagiosa y variación climática estacional
El bostezo y el estiramiento predicen cambios en la temperatura cerebral en ratas: apoyo a la hipótesis termorreguladora
¿Puede aguantar el pis demasiado tiempo para causar problemas sexuales (hombres)?
¿Hay suplementos, alimentos o ejercicios que eliminen la placa existente de las paredes arteriales?
¿Qué puedo comer para que mis heces sean sólidas en lugar de blanditas?
¿Por qué retroceden los pulmones? ¿Qué pasa cuando lo hacen?
¿Por qué tenemos malos sueños si dormimos con nuestra mano sobre nuestro pecho?
Estas son teorías clínicamente probadas, y por lo tanto superiores a la hipótesis anecdótica o la especulación. Si bien no se sabe todo, esta teoría es la favorita más clara y rigurosamente confirmada que tenemos actualmente.
Los mecanismos de corrección que se prefieren en distintos momentos, y si algunos mecanismos pueden servir para múltiples propósitos o para acciones específicas de propósitos múltiples, es otro tema que no se dilucida por completo en la actualidad.
Para reafirmar una respuesta directa a su pregunta, bostezar ocurre más a menudo en algunas situaciones debido a los cambios de temperatura que nuestro cuerpo experimenta en ellos. El cansancio o la somnolencia a veces se encuentran dentro de ese grupo de situaciones que alteran la temperatura. Las observaciones y la proliferación cultural de esa asociación han establecido una conexión de larga data que todavía se menciona y se cree en la actualidad.