Estamos programados de forma natural para el sueño bi-fásico: un horario nocturno de aproximadamente 7,5 horas y una siesta por la tarde. La química de nuestro cuerpo, que está vinculada a nuestro reloj circadiano central, proporciona “activadores del sueño”, como una sacudida de la melatonina en estas dos ocasiones.
La siesta de la tarde es muy común en China y en los países amantes de la siesta. Las investigaciones recientes también han demostrado que la siesta en realidad mejora la productividad laboral, la energía y la creatividad.
No parece haber la misma evidencia para el sueño polifásico, y de hecho hay una serie de resultados de investigación que sugieren que el sueño polifásico no tiene una sola sesión lo suficientemente larga como para realizar las funciones de sueño necesarias por completo.
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