Los factores clave en la transmisión del virus incluyen la concentración de virus en el fluido y la parte del cuerpo con la que entra en contacto.
Los espermatozoides pueden tener una alta concentración de virus y la mucosa vaginal no proporciona una barrera efectiva. La mucosa anal es aún menos: la transmisión es aún más probable. Las secreciones vaginales también contienen virus, y el pene no siempre proporciona una barrera efectiva (especialmente debido a que pequeñas lesiones en la piel no son infrecuentes durante el coito).
Por otro lado, la piel no dañada proporciona una barrera bastante efectiva contra el VIH. El contacto de la piel con sangre o semen infectado no es una preocupación. Pero una lesión, por ejemplo con una aguja infectada, es peligrosa.
Además, el virus del VIH se descompone rápidamente cuando se expone al aire o a la luz solar; no sobrevivirá mucho tiempo en su piel, ni en el asiento del inodoro.
En el caso del beso francés, la concentración y la supervivencia del virus del VIH son bajas en saliva, y parece que la mucosa oral no proporciona un buen punto de entrada. La transmisión simplemente nunca se ha observado, esto es a lo que realmente se reduce.
La transmisión es una cuestión de probabilidad, que se establece mediante la observación y la evidencia experimental. La comunidad médica ha podido recopilar suficiente información para asesorar de manera confiable sobre métodos efectivos de prevención de la transmisión.