Lo que funcionó para mí es darme cuenta de que los niveles de energía funcionan de forma opuesta a lo esperado. Solía creer que si hacía más cosas, tendría menos energía durante el día. Resulta que es todo lo contrario. Cuando no tenía nada que hacer, dormía durante al menos 10 horas por la noche y tomaba varias siestas durante el día. Siempre me sentí cansado a pesar de que en realidad no estaba haciendo nada. La respuesta fue hacer exactamente lo contrario.
Empecé a planear hacer más cosas durante mis días y, en realidad, seguirlas y hacerlas. Cuando tengo un día lleno de actividades que quiero hacer, no me siento cansado. En cambio, ganaría mucha energía para hacer todo. El ejercicio parece tener el mayor impacto. Cada vez que hago ejercicio, me siento más enérgico después, no menos.
Recomiendo escoger cosas interesantes y activas para que hagas durante el día. Así que ver la televisión puede ser interesante para ti, pero no es muy activa. Elige algo que sea ambos. Una vez que los haces, es posible que encuentres una gran diferencia en tus niveles de energía.
