Aquí hay una lista de causas posibles, no exhaustivas:
1. Exposición brutal a un volumen extremo (disparo de pistola justo al lado del oído, explosión);
2. Sobrecarga de sonido en un período más largo;
3. Barotrauma (en un avión, bajo el agua, ascensor que cae …);
4. Daño cerebral debido a un choque físico directo (afecta el área cerebral que trata con el sonido);
5. Trauma físico en el oído interno (ser golpeado en el oído, afecta el mecanismo del oído interno mismo);
6. Fonofobia o misofobia, relacionada con motivos psicológicos más que físicos;
7. Otro trastorno neurológico, con hiperacusia es un efecto corolario.