Golpea tu rodilla tan fuerte como puedas.
Será insoportablemente doloroso, y una vez que haya terminado con su pequeño berrinche, puede ir a un cirujano ortopédico para una cirugía de reemplazo de rodilla; con suerte, pagará de su bolsillo por todo, para que su billetera también duela un poco. poco daño hecho, y una valiosa lección aprendida (con suerte).
Mientras esté en el hospital, no se olvide de recibir asesoramiento que lo ayudará a valorar su buena salud un poco más de lo que gana hoy.