La atención primaria de salud se convirtió en una política básica para la OMS en 1978, con la adopción de la Declaración de Alma-Ata y la estrategia de “Salud para todos en el año 2000”. Veinticinco años después, el apoyo internacional a los valores de la atención primaria de salud sigue siendo sólido. Los resultados preliminares de una revisión importante sugieren que muchos en la comunidad de salud global consideran que una orientación de atención primaria de salud es crucial para el progreso equitativo en la salud ( 2 ).
No existe una definición uniforme y universalmente aplicable de atención primaria de salud. Las ambigüedades estuvieron presentes en el documento de Alma-Ata, en el que el concepto se discutió tanto como un nivel de atención como un enfoque general de la política de salud y la prestación de servicios. En los países de ingresos altos y medianos, la atención primaria de salud se entiende principalmente como el primer nivel de atención. En los países de bajos ingresos donde persisten importantes desafíos en el acceso a la atención de la salud, se lo ve más como una estrategia de todo el sistema.
Es útil entender que la atención primaria de salud incluye tanto principios básicos como un conjunto variable de actividades básicas. A los fines de esta discusión, son los principios más significativos ( 3 ), que incluyen:
- el acceso universal a la atención y la cobertura en función de las necesidades;
- compromiso con la equidad en salud como parte del desarrollo orientado a la justicia social;
- participación de la comunidad en la definición e implementación de agendas de salud;
- enfoques intersectoriales para la salud.
