Si estuvieras viviendo en algún lugar aislado de los demás y nunca hablaste, ¿podrías perder la capacidad de hablar?

Probablemente no. Incluso pensar mantendría el lenguaje en marcha. Tener un lenguaje es útil no solo para comunicarse con los demás sino para entender el mundo. Tener nombres para cosas y acciones es útil ya sea que estés solo o no.

Además, vivir en una habitación oscura no te haría quedar ciego. En todo caso, te volverías muy sensible a la luz y verías mejor en la oscuridad.