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La investigación sugiere que los bajos niveles de vitamina D, la vitamina del sol, pueden afectar nuestro peso en invierno.
“Tu cuerpo necesita luz solar para sintetizar vitamina D, pero en invierno hay menos horas de luz solar, las personas salen menos y cuando terminan envuelven guantes y bufandas, por lo que su piel tiene poca exposición a la luz”, dice la Dra. Stephanie Dillon. Profesor de Nutrición de la Universidad de Central Lancashire.
Los estudios preliminares sugieren que las personas con niveles bajos de vitamina D almacenan más grasa, aunque el mecanismo preciso todavía se está identificando.
“Parece que la falta de vitamina D reduce la descomposición de las grasas y desencadena el almacenamiento de grasas, por lo que las calorías que usted consume se almacenan en las células adiposas (grasas) en lugar de utilizarse como energía”, dice el Dr. Dillon.
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