Con un corazón artificial hay un suministro continuo de sangre oxigenada a todos los órganos. No siente el pulso, porque no hay sístole ni diástole. Pero hay un flujo de sangre constante, que no puede sentir debido a la falta de pulsatilidad.
Una persona con un corazón normal y sin pulso durante 5 a 7 minutos estaría muerta. Antes de morir, habría un período de colapso e inconsciencia, porque el cerebro no está recibiendo suficiente oxígeno.
La persona con un corazón artificial tendría la función normal del órgano como una persona con un corazón real. En otras palabras, no habría problemas de salud.
