Tener tales pensamientos es completamente natural y necesario para la supervivencia de la especie humana.
Esto ocurre más en nuestra adolescencia y justo después cuando las hormonas sexuales comienzan a circular en nuestro cuerpo. El problema es que hay algo sobre nosotros mismos sobre el que no tenemos control. Todavía estoy afectado a los 73 años, aunque no tanto.
Los pensamientos en sí mismos no hacen daño, por lo que no hay necesidad de preocuparse. Solo tenga en cuenta que es perfectamente natural y en realidad un signo de buena salud.
