Existen identificadores mentales, físicos y espirituales, y el valor más único y saludable siempre será cuando estos trabajen juntos.
Entonces, una mente sana es su primer identificador. Esto se manifestará en una persona que tenga una disposición positiva, feliz, creativa, libre de Crítica, o juicio y una habilidad para sobrellevar las diferencias humanas. Dado que la mente es el constructor, los atributos físicos serán bastante obvios, ya que la persona rara vez tendrá una enfermedad y poseerá un sistema inmune fuerte. Estarán activos pero no necesariamente atléticos. Sus cuerpos tenderán a tener el peso adecuado para su forma y tamaño, y serán conscientes de lo que comen, teniendo en cuenta su salud pero no quisquillosos ni pedantes.
Tendrán una actitud sobre ellos que es difícil de definir pero de alguna manera agradable, amistosa, compasiva y afectuosa porque estarán muy conscientes de su yo espiritual y de cómo cada parte del otro necesita cooperar con la singularidad única que son. Tienden a ser creativos de acuerdo con sus propios intereses y habilidades. Tienden a aceptar y alentar a los demás. Difícilmente conocerán el significado de la palabra preocupación y tenderán a tener una cierta satisfacción sobre ellos que no se traduce en satisfacción.
Hay algunos. De ninguna manera son perfectos y esto no les afectará más allá de tratar de corregir aquello que no les sirve para su bienestar.
