Sí, en la actuación estamos entrenados para aprovechar nuestras mentes y cuerpo para entrar en un estado en el que la adrenalina corre por nuestras venas. Entramos en un estado de hiper energía que cuando se ve en el escenario o en la pantalla es más emocionante y entretenido.
Luego, para salir de ese estado cargado, hacemos lo que se llama un cúmulo. Este es un proceso de pensar sobre el rendimiento, lo que funcionó, lo que no funcionó, y tal vez las cosas en las que trabajar a continuación. Nos aleja del mundo imaginario exagerado en el que estábamos y nos devuelve a nosotros mismos, reduciendo el ritmo de nuestro corazón, relajando nuestros músculos.
