Los efectos del humo del tabaco en el sistema circulatorio incluyen:
- Aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca
- Constricción (endurecimiento) de los vasos sanguíneos en la piel, lo que resulta en una caída en la temperatura de la piel
- Menos oxígeno transportado por la sangre
- Sangre ‘pegajosa’, que es más propensa a la coagulación
- Daño al revestimiento de las arterias, que se cree que es un factor que contribuye a la aterosclerosis (la acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias)
- Reducción del flujo sanguíneo a las extremidades (dedos de manos y pies)
- Mayor riesgo de accidente cerebrovascular y ataque cardíaco debido a bloqueos del suministro de sangre.
En su mayoría, afecta a los vasos sanguíneos, lo que aumenta la presión arterial y causa hipertrofia del músculo cardíaco, lo que provoca insuficiencia cardíaca congestiva.