.Las células madre representan la capacidad del cuerpo para regenerarse. Me gusta pensar en ellas, ¡como gotas neuronales de sudor! Pueden ser creados por el propio cuerpo, por desdiferenciación espontánea de células adultas, in situ dentro del órgano en el que están presentes (este es un concepto teórico, que puede no haberse probado aún) o movilizado desde su nicho ( que es el modelo actualmente probado y aceptado de su origen en adultos).
La cuestión no es si las células madre pueden regenerarse, sino si esta es la mejor forma (considerando todo) de activar la propia capacidad del cuerpo para la curación y regeneración infinita.
Todo lo que se consideraría sería si la modalidad es más segura que las células madre (menos riesgosas de tener cáncer y tumores), si la modalidad implica menos intervención humana, si la modalidad para activar la regeneración corporal es fiable, consistente y reproducible, capaz de desencadenar regeneración.
De ahí los retrasos en la aceptación de células madre, con todos sus problemas, otros han descrito admirablemente a continuación (intervención humana y manipulación fuera del cuerpo para hacerlos proliferar, capacidad de generar un efecto regenerador sin células madre, probabilidad de tumores y seguridad a largo plazo de las células madre y, de hecho, si existe un efecto terapéutico observable, reproducible, confiable confiable en cualquier enfermedad, en cada paciente, etc., etc.)