La misma cantidad de lo habitual en cualquier momento del año. Por lo general, la cantidad adecuada de agua para los hombres sería de 3 a 3,5 litros y la de las mujeres sería de 2 a 2,5 litros.
Existe la idea errónea de que durante las temporadas frías se puede reducir el consumo de agua, pero eso no es cierto. Nuestro cuerpo necesita agua independientemente de la temporada. En verano, solemos beber más agua de lo habitual porque cualquier cantidad que se requiera se llena, se pierde debido al exceso de calor que absorbe y seca el agua presente. En temporadas frías, sin embargo, la cantidad de agua perdida es mínima y, por lo tanto, la necesidad de beber agua es rara. Esa es la razón por la cual el color de la orina es oscuro durante el invierno ya que no llenamos la cantidad requerida de agua necesaria que concentra los jugos biliares liberados por el páncreas que conducen a la orina de color amarillo oscuro. También el invierno es duro para el cuerpo ya que la frialdad desgarra la humedad natural de la piel, causando labios rotos, piel seca y cuero cabelludo, cabellos lánguidos y lacios, pérdida de luminosidad natural de la cara que indica la pérdida de agua. No importa cuál sea el escenario, el cuerpo funciona de la misma manera, por lo tanto, beber suficiente agua no es negociable.
PD: el error común que solemos hacer es beber agua solo cuando tenemos sed. Como cuestión de hecho, la sed indica la etapa que ha alcanzado en donde hay un nivel extremo de falta de agua que causa trastornos en los procesos fisiológicos en el cuerpo. Así que beber suficiente agua (un vaso lleno de agua cada hora o dos que es mi rutina habitual) mantiene el ritmo y aumenta la capacidad de estos procesos metabólicos. Como resultado,
- Hay un constante mantenimiento de peso.
- Eliminación de toxinas y su acumulación.
- Alta energía en el cuerpo.
- La riqueza del cabello, las uñas, la piel.
- Enzimas saludables que conducen a un metabolismo más estable a lo largo del tiempo.
- Magnífica vista.
Y muchos otros….