¿Cómo sería la vida si nunca nos sintiéramos somnolientos y nunca tuviéramos que dormir?

Sin sueños, sin pesadillas, sin ronquidos, sin círculos oscuros.

No habrá mensajes cursis de buenas noches, dulces sueños.

Los despertadores nunca habrían existido.

Sin la comodidad del sueño, las clases serán más aburridas y largas de lo que ya son para los estudiantes.

Como nadie duerme con las luces apagadas, los fantasmas tendrán dificultades para idear nuevas técnicas para asustar a la gente.

No habrá historias de horas de cama y canciones de cuna y los bebés llorando por la noche no serán tan molestos ya que no existe el concepto de dormir.

El cuento de hadas de la bella durmiente no habría existido.