Hay varias fuerzas trabajando aquí. El primero es como usted dijo, los estadounidenses no quieren pagar por la atención médica de los demás a menos que “lo merezcan”. Se te considera menos merecedor si no ganas mucho dinero o tomas malas decisiones de estilo de vida. En el pasado, he recibido comentarios de hombres que afirman que no deberían tener que pagar por la atención de maternidad para mujeres, ya que nunca quedarán embarazadas. Tal ignorancia es probablemente un fenómeno puramente estadounidense.
El pueblo estadounidense ha sido condicionado a creer que el gobierno es de alguna manera más malvado que las compañías de seguros con fines de lucro. Se lo han dicho sus políticos que irónicamente controlan el malvado gobierno. Las compañías de seguros hacen su parte comprando a los mismos políticos, por lo que no hay posibilidad de una verdadera reforma de la atención médica.
La última ironía en este cuento de dolor es el hecho de que todas las otras democracias occidentales tienen una forma de asistencia sanitaria de pagador único. Cuestan la mitad que nuestro desastre y obtienen mejores resultados medidos por la esperanza de vida y la mortalidad infantil. Estas cifras son irrefutables, pero aquí en Estados Unidos, en la intersección donde la codicia se encuentra con la ignorancia, el pagador único nunca puede suceder.