No, por varias razones.
Primero, los programas de salud actuales administrados parcialmente por el Estado de California, como Medi-Cal y Obamacare, son parte de los programas de salud del gobierno federal. Y de ahí es de donde provienen sus fondos.
Segundo, ningún estado tiene los recursos financieros para siquiera considerar un programa estatal de ese tamaño. Y particularmente no a California, que ya tiene miles de millones de dólares en deudas por las obligaciones no financiadas de los programas de pensión y salud del empleado estatal.
En tercer lugar, el estado de California ya tiene los impuestos a la renta estatales más altos del país y uno de los impuestos a las ventas estatales más altos del país. Y, sin embargo, todavía no puede darse el lujo de financiar adecuadamente los planes de atención médica existentes, que cuestan una pequeña fracción de lo que costaría una salud de estilo canadiense.
