No hay datos científicos que prueben que los alimentos transgénicos son dañinos para los humanos. Sin embargo, hay datos que muestran que las semillas transgénicas pueden polinizar cruzadamente lo que, en teoría, podría llevar a la desaparición de algunas plantas nativas.
La mayor preocupación con el uso de semillas de OGM es que los agricultores no pueden guardar semillas y reutilizarlas el año siguiente porque los fabricantes de OGM requieren que los agricultores les vuelvan a comprar semillas o paguen una regalía o “tarifa de tecnología” por sus semillas.
