Mal.
Érase una vez, cuando estaba en la universidad, me quedé despierto durante seis días y cinco noches seguidas, tratando de terminar mis proyectos antes del final del semestre. Cuando entregué el último de estos, estaba tan agotado que estaba “drogado”, así que hice lo más estúpido que hice y fui a mi sesión habitual de Judo. Mi primer partido duró todo un segundo. Al arrojarme a la colchoneta, mis pulmones colapsaron y, por haber recibido RCP, casi murí por una falla respiratoria.
