El alcohol roba la hidratación de la piel y la deja seca, hinchada y roja. Cuando bebe alcohol, impide la producción de vasopresina, una hormona antidiurética. Esto hace que los riñones trabajen más duro para eliminar el exceso de agua de su sistema, enviando agua a la vejiga en lugar de hacerlo en realidad: ¡los órganos!
La piel que es el órgano más grande del cuerpo es la más afectada. Beber mucho alcohol lo deja deshidratado. En caso de que la piel ya esté seca, el consumo de alcohol conduce a la formación de arrugas y te hace ver mayor. El alcohol también roba al cuerpo su contenido de vitamina A, que es esencial para la renovación celular y el recambio, por lo que su piel podría adquirir una apariencia gris opaca. El agua potable ayuda a combatir los efectos de secado del alcohol, hidratando desde adentro.