¿Alguna vez usó imanes para aliviar el dolor u otras prácticas curativas? ¿Trabajaron para ti?

Sí. Alrededor de 1992 me golpearon los síntomas del túnel carpiano, con dolores punzantes en los dedos y las palmas de las manos y, a veces, subiendo por mis brazos. Escribir era mi vida, y mi habilidad para escribir se detuvo abruptamente. Aprendí acerca de los imanes que eran planos y redondos (forma de dólares de plata pero flexibles) con el polo norte en el centro y los polos sur y norte alternando alrededor del centro (como un objetivo de arquería). Eran relativamente baratos y compré dos, uno para cada muñeca (sostenido por las bandas de tenis). En cuestión de horas, pude volver a escribir. Ahora son más de 25 años después y todavía los estoy usando (pero solo cuando escribo, ya que aprendí que pierden efectividad si se usan más de 12 horas al día).