Este es el lenguaje relevante de la declaración de la misión de la Fundación Gates relativa a la política de salud:
“Nuestra División de Salud Global tiene como objetivo aprovechar los avances en la ciencia y la tecnología para salvar vidas en los países en desarrollo. Trabajamos con socios para ofrecer herramientas comprobadas, que incluyen vacunas, medicamentos y diagnósticos, y descubrimos nuevas soluciones innovadoras que son asequibles y confiables. Igualmente importante es la innovación en cómo llevamos las intervenciones de salud a quienes más las necesitan. Invertimos fuertemente en vacunas para prevenir enfermedades infecciosas, incluido el VIH, la poliomielitis y la malaria, y apoyamos el desarrollo de soluciones de salud integradas para la planificación familiar, la nutrición y la salud maternoinfantil “.
Esta es una declaración de misión admirable y relativamente completa. Sin embargo, lo que se le da menos énfasis obvio son las causas sociales, espirituales y relacionadas con el trabajo de la mala salud y las soluciones a los problemas que crean. Es mucho más difícil abordar los problemas de salud resolviendo problemas culturales, en lugar de proporcionar tecnología y otros recursos tangibles que la Fundación Gates está en condiciones de suministrar.
Esto no es crítico con el maravilloso trabajo que la Fundación Gates ha hecho o el enfoque similar al láser que ha demostrado. El objetivo de este comentario es observar que existen causas y soluciones menos tangibles que la Fundación Gates no está enfocada de manera óptima.