¿Las sales de Epsom (sulfato de magnesio) en un baño realmente alivian el dolor muscular? Y si es así, ¿cómo?

El estrés drena el cuerpo de magnesio y aumenta los niveles de adrenalina. Cuando se disuelve en agua tibia, la sal de Epsom se absorbe a través de la piel y repone el nivel de magnesio en el cuerpo. El magnesio ayuda a producir serotonina, un químico que eleva el ánimo dentro del cerebro que crea una sensación de calma y relajación. La investigación muestra que el magnesio también aumenta la energía y la resistencia al fomentar la producción de ATP (trifosfato de adenosina), los paquetes de energía producidos en las células. Los expertos creen que bañarse con sal de Epsom al menos tres veces por semana te ayuda a verte mejor, a sentirte mejor y a obtener más energía. Los iones de Magnesio también se relajan y reducen la irritabilidad al disminuir los efectos de la adrenalina. Crean una sensación relajada, mejoran el sueño y la concentración, y ayudan a los músculos y nervios a funcionar correctamente.

La sal de Epsom es muy alta en magnesio.

El magnesio es un poderoso mineral antiinflamatorio, y la inflamación es la respuesta natural del cuerpo a las lesiones.

Al modular los eventos celulares implicados en la inflamación, el magnesio calma el proceso, convirtiéndolo en un tratamiento natural eficaz para los músculos doloridos, las articulaciones doloridas y otros tipos de estrés sistémico, y para promover una recuperación rápida.

Lea más sobre los beneficios de las sales de Epsom aquí. ¡Espero que esto ayude!

Una guía útil sobre la sal de Epsom: sus orígenes, sus amplios beneficios y cómo usarla