Mis padres estuvieron casados por más de 55 años y nunca compartieron una cama. Mi padre era un prisionero de guerra, tenía trastorno de estrés postraumático y a veces se despertaba gritando y peleando, por lo que era demasiado peligroso para acostarse.
No conozco los detalles, pero sí sé que mis padres tenían camas separadas en la misma habitación y que siempre cerraban la puerta de su dormitorio por la noche.
Más allá de eso, si alguien sugiere que en realidad hicieron algo que X calificó, me cubriré los ojos y recitaré “la la la” hasta que el pensamiento desaparezca de mi mente.
Sin embargo, al ver a mi sobrina y sobrinos negociar la adolescencia, me hacen creer que el amor encontrará la manera de hacerlo.