¿Qué pasa cuando dejas de beber refresco?

Según la Escuela de Salud Pública de Harvard, beber refrescos aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 y obesidad. Beber refrescos y otras bebidas azucaradas también está relacionado con la disminución de la densidad ósea y la gota. Cuando deja de beber refrescos, disminuye la probabilidad de desarrollar estas condiciones. Los estudios realizados por Harvard descubrieron que beber una o dos latas de refresco al día aumentaba la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 en un 26 por ciento. Beber refrescos con regularidad también aumentó la probabilidad de un ataque cardíaco en un 20 por ciento y la gota en un 75 por ciento. El mismo estudio encontró que tener una dieta saludable no elimina el efecto de beber refrescos. En otras palabras, incluso cuando se mantenía un peso saludable y una dieta nutritiva, beber refrescos causaba problemas de salud.

El Dr. Frank Hu, profesor de Nutrición y Epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Harvard, descubrió que la disminución del consumo de gaseosas disminuía la probabilidad de obesidad y enfermedades relacionadas con la obesidad. También descubrió que existe una relación inversa entre la soda y el consumo de leche. En otras palabras, beber menos refresco se correlaciona con beber más leche. Soda contiene altos niveles de fosfato. Cuando se consume más fosfato que el calcio, causa que los huesos se deterioren. Reemplazar la soda con leche aumenta la ingesta de calcio mientras reduce la ingesta de fosfato, lo que lleva a una densidad ósea más saludable.