Puede que no estés recibiendo suficiente oxígeno.
O puede tener algunas dificultades de procesamiento sensorial o de lenguaje. Por ejemplo, a mi hijo le resultaba incómodo leer y su comprensión era baja. Después de trabajar con un terapeuta ocupacional, se ha revelado que sus ojos (y por lo tanto, ambos lados de su cerebro) tenían dificultades para coordinarse. También tenía un patrón de respiración superficial que hacía más probable que se sintiera ansioso o le resultara difícil calmarse.
Consulte a un buen médico o psicólogo educativo que lo remitirá a Terapia ocupacional para una evaluación.
En unos pocos meses, obtuvimos resultados mensurables para nuestro hijo.
