Alrededor de 1600, las camas estaban hechas de marcos de madera y una cuerda o cuero para apoyo. El colchón era comúnmente una bolsa hecha de heno o paja, o lana cubierta con tela barata. Debido a la probable incomodidad , las personas trataron de encontrar formas de innovar el colchón y en el siglo XIX tenían camas hechas de lino o algodón. La caja de la colchoneta se formó o bordeó y los rellenos disponibles eran naturales y abundantes, incluyendo fibra de coco, algodón, lana y pelo de caballo. Los colchones también se volvieron copetudos o abrochados para mantener los empastes y la cubierta juntos y los bordes fueron cosidos.
A medida que pasaron los años, las demandas de las personas para mejores camas / colchones crecieron (particularmente las de las clases más altas, que no querían más que productos de calidad ) y con eso el hierro y el acero reemplazaron los marcos de madera pasados a fines del siglo XIX. Las camas más caras se desarrollaron alrededor del año 1929 y estaban hechas de colchones de goma de látex producidos por la exitosa ‘Dunlopillow’. Colchones de muelles de bolsillo también se introdujeron. Estos fueron resortes individuales y luego cosidos en bolsas de tela vinculadas.
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