Si fumar cigarrillos causa tantos problemas de salud, ¿por qué no están prohibidos por los gobiernos locales?

Si bien la evidencia es abrumadora de que el tabaquismo está asociado con una serie de enfermedades crónicas, las compañías tabacaleras tienen un bolsillo interminable cuando se trata de contratar abogados para llevar a los tribunales a los tribunales a fin de evitar las regulaciones para no fumar.

A partir de la experiencia canadiense, durante años la mayoría de los gobiernos se enfocaron en reducir la venta de cigarrillos a menores en un intento de prevenir o al menos posponer la toma de hábito por parte de los jóvenes. Lamentablemente, eso pareció aumentar la propensión de los adolescentes (e incluso de los niños más pequeños) a comenzar a fumar. (¿Has intentado decirle a un adolescente que no haga algo porque es peligroso?) El único medio eficaz de reducir el consumo fue subir los precios. Había un límite incluso para esta estrategia, ya que los impuestos a las ventas lo suficientemente elevados aumentaban la rentabilidad del contrabando de cigarrillos a través de la frontera con los EE. UU.

Los funcionarios de salud pública finalmente consideraron fumar desde una perspectiva ligeramente diferente. Además del enfoque anterior sobre el consumidor inmediato, el fumador, comenzaron a ver el efecto en los consumidores secundarios, aquellos que llegaron a respirar el humo de segunda mano. Desde esta perspectiva, fue posible obtener apoyo público para prohibir fumar en varios entornos, incluso en presencia de niños, en los establecimientos públicos y sus alrededores (en este caso, se centraba en el personal del establecimiento que, en virtud de su empleo, estaba expuesto a el humo), y en otros lugares donde la exposición podría demostrar que causa daños (aviones, teatros, incluso bares). Es este enfoque el que finalmente ha llevado a que las tasas de consumo de tabaco caigan de más del 50% t en 1965 a menos del 15% en 2013 (y 10% para jóvenes de 15-19 años).

Las estadísticas son menos claras acerca de las tendencias similares en la reducción de las enfermedades crónicas relacionadas y los costos de atención médica, ya que el consumo de tabaco tiene efectos a largo plazo; sin embargo, las tendencias parecen prometedoras.

Como han dicho otros, vivimos en un mundo en el que permitimos que la gente se autolesione. Podemos reducir el daño que se les permite hacer a otros.