Hace años, en una clase de química, logré explotar un mechero bunsen. O, mejor dicho, solté demasiado gas antes de encenderlo, y logré una bola de fuego bastante grande cuando se encendió, envolviendo mi brazo hasta el codo.
Fue un flash instantáneo, y no causó ninguna lesión en absoluto.
Las llamas no causan daño, el calor sí. Y los dos no siempre suceden juntos.