Una forma que es completamente gratis es contener la respiración por períodos muy cortos, repetidamente. Esto solo funciona si no se respira una gran cantidad de aire en los pulmones, o si se fuerza la mayor cantidad posible de aire de los pulmones: ambos pueden irritar la garganta.
Simplemente respire suavemente hasta que sea natural detenerse, luego cierre la boca y apriete la nariz. Esto no debería sentirse como si sostuviera aire o lo mantuviera fuera. Realmente, si estás lo suficientemente relajado, deberías ser capaz de “retener” la respiración sin cerrar la nariz, la boca o la garganta, básicamente basta con hacer una pausa en tu respiración.
Comience a respirar nuevamente, por la nariz, antes de comenzar a sentir que lo necesita. Luego, después de algunos momentos, puedes pausar nuevamente. Realmente hace una gran diferencia y alivia la garganta y los pulmones. Asegurarte de nunca respirar adentro o afuera por la boca hace una diferencia aún mayor. Tu boca es para cantar, hablar, comer y besar. Tu nariz es para respirar
