En las artes marciales enseñan que para cegar a un oponente solo necesitas cegar un ojo, porque el cuerpo tiene una respuesta compasiva.
En el masaje, nos contaron acerca de un niño que tenía la pierna enyesada durante mucho tiempo y no estaba sanando, por lo que masajearon y estimularon la otra pierna, lo que ayudó a promover la curación de la pierna con el yeso.
Todo está conectado.