Si no te importa tu calificación de ajedrez, ¿por qué no?
El ajedrez proporciona una distracción, forzando a abrir la contracción de la enfermedad del horizonte. Alekhine, el ex campeón mundial, también era un bebedor. Harry Golombek en Alekhine:
“… incluso cuando estaba borracho, podía ver mucho más en el tablero que la mayoría de los jugadores de ajedrez, sobrios”.
Quizás la enfermedad te permita ver más allá.